¿Presidenta débil? 70 % la respaldan
La narrativa misógina de la oposición choca con la realidad: Sheinbaum gobierna con respaldo popular, acciones firmes y legitimidad democrática.
La oposición y su maquinaria mediática se han empeñado en repetir una consigna tan falsa como peligrosa: que México tiene una presidenta débil. La pintan como una figura simbólica, sin iniciativa propia, manejada desde Palenque, y con un gabinete que, según ellos, le impone decisiones. Incluso hay quienes —desde columnas supuestamente serias— la califican como “la gerenta de Palacio”. ¿La intención? Minar su autoridad, su liderazgo y, no menos importante, su legitimidad.
Pero hay un pequeño gran problema con esa narrativa: la realidad no les da la razón.
De acuerdo con la más reciente encuesta de El Financiero, publicada el 4 de diciembre de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum cuenta con un sólido 70 % de aprobación. Siete de cada diez mexicanos respaldan su gestión. En cualquier democracia, eso es sinónimo de liderazgo. ¿Presidenta débil? No parece.
Datos, no opiniones
Mientras los medios de oposición insisten en presentarla como un flanco vulnerable del lopezobradorismo, los hechos muestran lo contrario. En los últimos días, la presidenta ha tomado decisiones cruciales: propuso el relevo en la Fiscalía General de la República, lanzó el programa de Trato Digno en el IMSS Bienestar, supervisó el avance de obras estratégicas como el acueducto de Colima y defendió la distribución nacional de medicamentos gratuitos.
Estas no son acciones de una figura decorativa. Son movimientos de gobierno, con intención, visión y dirección.
El sesgo misógino
La insistencia en retratar a Sheinbaum como una figura débil tiene también un componente de misoginia. A ningún expresidente se le cuestionó si era capaz de ejercer el poder. A ella, sí. Cada gesto, cada pausa, cada matiz es interpretado como debilidad. Pero en el fondo, lo que les molesta es otra cosa: que una mujer esté en la silla presidencial y gobierne con claridad y firmeza.
Respaldada por el pueblo
La oposición no entiende (o no quiere entender) que el poder de Sheinbaum no emana de la prensa, ni del aplauso empresarial, ni de la élite opinadora. Proviene del respaldo popular, de los más de 35 millones de votos que la llevaron a la Presidencia y de la continuidad del proyecto de transformación que encabeza. Esa es su fuerza.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar
Pueden repetir hasta el cansancio que la presidenta es débil, que no manda, que no puede. Pero mientras ella siga tomando decisiones, dando resultados y manteniendo el apoyo del pueblo, lo demás es puro ruido de una oposición dolida… y profundamente machista.
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