Misiles, egos y profecías: Trump vuelve a incendiar Medio Oriente
Mientras el mundo mira a Gaza, Trump lanza misiles sobre Irán y revive el guion más peligroso del siglo XXI. ¿Dónde está la PresidentA frente a esta nueva escalada?
¿Por qué leer esta columna?
Porque mientras los reflectores nacionales están en la transición política y la mañanera gira en torno a los programas sociales, el mundo arde. Donald Trump, desde su segundo mandato, ordenó bombardeos a instalaciones nucleares iraníes, reconfigurando todo el tablero de Medio Oriente. ¿Cómo afecta esto a México, a la 4T y al relato internacional de la PresidentA Sheinbaum?
El misil que enterró la diplomacia
Donald Trump no regresó a la Casa Blanca para hacer gestos suaves. En su estilo brutal y directo, lanzó misiles a sitios nucleares iraníes, justificándolo como una “acción preventiva para proteger a Israel y al mundo libre”. En otras palabras: voló en pedazos lo que quedaba del acuerdo nuclear de Obama. Y con eso, arrastró a la región a un nuevo nivel de tensión.
El sionismo muscular y la guerra santa de los halcones
Este ataque no solo es militar; es ideológico. Es el regalo que Netanyahu estaba esperando: una demostración de que Israel no está solo. La extrema derecha sionista festeja; los evangélicos estadounidenses también. Porque en el fondo, esto no es solo geopolítica: es teología con drones, es la fe convertida en fuego.
¿Y México? Silencio estratégico
Hasta ahora, la PresidentA Claudia Sheinbaum no ha fijado postura clara. En la mañanera, el tema internacional se trató de manera superficial. La cancillería mexicana hizo un tibio llamado a la paz. Pero, ¿podemos darnos ese lujo? ¿Podemos mantener una política exterior neutral mientras las potencias incendian el planeta?
Recordemos que México tiene relaciones con Irán, tratados con EE.UU. y una política exterior que presume derechos humanos y diplomacia multilateral. ¿Qué pasa cuando tu principal socio se enfrenta en el desierto?
IV. El juego de ajedrez que viene
Trump apostó todo. Si Irán responde con ataques a Israel o a tropas estadounidenses, el conflicto escalará. Y con eso, se afectará el precio del petróleo, los mercados globales… y la estabilidad misma de la región. México, como siempre, está mal preparado para las olas del tsunami.
Aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar
Trump ya no necesita ganar votos: ya ganó. Está en su segundo mandato. Entonces, ¿por qué esta urgencia incendiaria? ¿Por qué jugar al general del Apocalipsis?
La respuesta no está solo en su ego —aunque eso no falta—, sino en quién lo asesora. La Heritage Foundation, un think tank ultraconservador, lleva años diseñando el modelo de “presidencia imperial” que hoy vemos ejecutarse con precisión quirúrgica… y bélica. Su proyecto Project 2025 plantea una reestructuración total del poder ejecutivo, colocando a Estados Unidos al servicio de una agenda nacionalista, cristiana y reaccionaria.
El ataque a Irán no es solo geopolítica, es ideología pura: es un mensaje a su base religiosa, un aviso a China, una advertencia a Europa, y un regalo a los halcones de Tel Aviv. Y todo esto, disfrazado de “seguridad nacional”.
En este tablero, Trump no actúa solo. Actúa como el titán visible de una estructura invisible, programada para desmontar el orden liberal internacional y reemplazarlo por uno donde la fuerza vuelve a ser ley. El misil no solo explotó en Irán. También reventó lo que quedaba de la diplomacia mundial.
Y mientras la PresidentA mexicana mantiene el tono institucional de la no intervención, el mundo se vuelve un poco más peligroso… y más predecible, en el peor de los sentidos.
Para entender el trasfondo ideológico del segundo mandato de Trump y su vínculo con la Heritage Foundation, consulta Project 2025: Presidential Transition Project, el plan estratégico promovido por la derecha estadounidense para reformar el poder ejecutivo.
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