El otro tipo de saqueo
Columna editorial de La Mañanera de Hoy – 30 de mayo de 2025
¿Por qué deberías leer esto?
Porque en plena recta final electoral, el gobierno no anunció espectáculos ni polémicas: presentó dos hechos casi subversivos en tiempos de ansiedad política.
Uno: abrir más universidades públicas.
Dos: repatriar el patrimonio histórico robado durante siglos.
¿Qué pasó hoy?
- Universidad Rosario Castellanos: abre inscripciones nacionales hasta el 1º de junio, con clases en línea y 10 sedes físicas.
- Repatriación de patrimonio: más de 2 mil piezas arqueológicas regresan a México.
Educación: ¿más universidades en año electoral?
La Presidenta Sheinbaum dedicó la conferencia a hablar de algo casi olvidado en los discursos de campaña: la educación pública superior.
La Universidad Nacional Rosario Castellanos, que ella misma impulsó en la CDMX, ya tiene 50 mil nuevos aspirantes este año, con presencia física en 10 estados y opción en línea desde cualquier parte del país.
La oferta es robusta: 36 licenciaturas, 15 posgrados, 5 especialidades, y más de mil docentes. Las inscripciones están abiertas hasta este sábado por la noche.
Repatriar huesos, ideas y memoria
Mientras tanto, el INAH presentó el resultado de una política que normalmente pasa desapercibida: la recuperación de bienes culturales.
Más de 2,000 piezas arqueológicas han regresado a México solo en los últimos meses. Esculturas olmecas, paneles mayas, figuras saqueadas por siglos… ya están de vuelta.
Y no, no es solo romanticismo. Es soberanía.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar…
No hay algoritmo que entienda por qué abrir universidades no genera trending topic.
Ni por qué repatriar cultura ancestral parece menos urgente que publicar encuestas basura.
Pero este gobierno decidió hacer lo improbable: educar a su pueblo y devolverle su pasado.
Una doble herejía en tiempos donde lo inmediato vale más que lo importante.
¿Y ahora qué?
Ahora toca elegir, literal y simbólicamente.
¿Seguimos discutiendo slogans o comenzamos a discutir sedes universitarias, matrículas, maestrías?
¿Seguimos dejando que el saqueo cultural nos parezca normal o celebramos que regresen los códices que nos robaron?
Este 1º de junio hay muchas decisiones.
Pero una está clara: el futuro necesita campus.
Y necesita memoria.
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