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<strong>Se cayó la mañanera de hoy</strong>

Se cayó la mañanera de hoy

Hoy, por razones técnicas, el sitio oficial del gobierno no publicó la versión estenográfica de la conferencia matutina de la PresidentA. Pero mientras esa mañanera “se caía”, en los mercados financieros ocurría otro desplome de proporciones históricas, uno que golpeó a dos de los nombres más influyentes en la economía global: Donald Trump y Elon Musk.

El mercado de valores tuvo su peor día del año, arrastrado por la incertidumbre política y económica que rodea al expresidente de EE.UU. y a uno de sus empresarios más cercanos. Las políticas comerciales de Trump y la crisis de Tesla convergieron en una jornada que deja muchas preguntas sobre el futuro de ambos.

Un martes negro para Trump y Musk

La jornada bursátil fue un desastre. Los mercados globales cayeron estrepitosamente tras la negativa de Trump a descartar que sus políticas comerciales pudieran llevar a una recesión. Su amenaza de imponer aranceles agresivos a países como México y Canadá inquietó a los inversionistas, que temen que estas medidas terminen afectando la economía estadounidense más de lo que la protegen.

Para Elon Musk, la tormenta fue personal. Tesla sufrió una de sus peores caídas en bolsa en años, desplomándose más del 15% en un solo día. La empresa enfrenta una reducción en ventas y un creciente descontento por la cercanía de Musk con Trump. Las protestas de clientes y empleados no tardaron en aparecer.

Musk, sin embargo, está acostumbrado a navegar en aguas turbulentas. Cuando compró Twitter por 44,000 millones de dólares, la plataforma perdió anunciantes y usuarios, y el valor de la empresa se desplomó. Pero en su visión, los riesgos forman parte del juego.

“No queremos diseñar para eliminar todos los riesgos”, dijo alguna vez, según la biografía escrita por Walter Isaacson.

El error de la “suma cero” en la visión de Trump

El problema de fondo no es solo la caída en los mercados, sino la mentalidad que la provoca. Como explica El País, Trump ve las relaciones internacionales como una transacción de suma cero: si otro país gana, es porque EE.UU. pierde. Esta lógica, sin embargo, no resiste un análisis serio de la economía global.

El comercio y la inversión no funcionan como un pastel de tamaño fijo donde lo que se lleva uno es lo que pierde otro. Muchas veces, la cooperación genera más riqueza para todos. 

El País ilustra este error con un ejemplo simple: si dos personas deben repartirse 100 euros y una usa su poder para quedarse con 75, puede parecer que ha ganado. Pero, ¿qué pasa si, en lugar de competir, generan 150 euros y reparten 100 y 50? Todos habrían salido beneficiados.

Trump prefiere imponer su voluntad en cada negociación, sin entender que este enfoque destruye alianzas estratégicas. Como advierte el analista Fareed Zakaria, si solo buscas pequeñas ventajas inmediatas, acabas dañando relaciones de largo plazo.

El dato que contradice a Trump: invertir en México también beneficia a EE.UU.

Esta lógica de suma cero choca con la realidad. Durante la mañanera, Claudia Sheinbaum presentó un dato revelador: por cada inversión de una empresa estadounidense en México, se generan 110 empleos en México y 333 en EE.UU.

Es decir, cuando una compañía de EE.UU. invierte en suelo mexicano, el beneficio no es exclusivo para México, sino que se multiplica en la economía estadounidense. La interdependencia entre ambos países es innegable, y los intentos de Trump por tratar a México como un adversario comercial, en lugar de un socio estratégico, terminan siendo un disparo en el pie.

Si Trump sigue empujando políticas que buscan cerrar el comercio con México, las principales víctimas no serán los trabajadores mexicanos, sino los mismos empleados y empresas estadounidenses que dependen de estas inversiones.

Trump y Musk: dos formas de enfrentar la crisis

Elon Musk, aunque polémico, ha demostrado ser un superviviente en el mundo de los negocios. Tesla estuvo al borde de la quiebra, SpaceX enfrentó múltiples fracasos, y Twitter se convirtió en un activo problemático. Pero Musk tiene una cualidad: sabe adaptarse.

Trump, en cambio, enfrenta una situación más complicada. Sus políticas proteccionistas pueden generar inestabilidad, y si la economía estadounidense entra en recesión, el golpe político podría ser letal.

La gran pregunta es si Trump logrará soportar la presión como Musk, o si, ante la caída de los mercados y el descontento de los empresarios, se verá obligado a moderar su discurso y “poner los pies en la tierra” con su guerra comercial.

Conclusión: la verdadera caída del día

La falta de la mañanera de hoy fue solo un problema técnico. En cambio, los desplomes en la bolsa y en la visión económica de Trump pueden tener consecuencias mucho más profundas.

Mientras el expresidente sigue aferrado a una visión obsoleta del comercio internacional, los mercados le están enviando una señal clara: la economía global ya no funciona con la lógica de suma cero. Y si insiste en ese error, el precio lo pagarán no solo los países con los que comercia, sino también su propia nación.

La verdadera caída del día no fue la de un sitio web, sino la de dos de los nombres más poderosos del mundo enfrentando el peso de sus decisiones.

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