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<strong>Crónica de una guerra comercial anunciada</strong>

Crónica de una guerra comercial anunciada

México responde a los aranceles de Trump y consigue una tregua

El anuncio cayó como un balde de agua fría. El 1 de febrero, desde su club en Mar-a-Lago, Donald Trump firmó una orden ejecutiva imponiendo aranceles del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, y del 10% a los productos chinos. La medida, según la administración estadounidense, tenía el propósito de frenar el tráfico de drogas y la migración indocumentada. Sin embargo, más allá de la retórica, se trataba de una decisión unilateral que desafiaba el espíritu del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y ponía en riesgo miles de millones de dólares en comercio bilateral.

En México, la reacción no se hizo esperar. La PRESIDENTA Claudia Sheinbaum y su equipo económico y de seguridad activaron los protocolos de respuesta. No se trataba solo de un tema comercial, sino de una jugada política con implicaciones profundas en la relación entre ambos países.

El día después del anuncio

El 2 de febrero, Sheinbaum hizo pública su postura en un mensaje firme y claro:

“Nosotros estamos combatiendo la delincuencia, pero que no nos vengan a echar la culpa de sus problemas internos. ¿Quién distribuye el fentanilo en Estados Unidos? ¿Quién lava el dinero del narcotráfico allá? ¿Quién permite la venta de armas que terminan en manos de los cárteles? En vez de mirar a México, que miren a su propio país.”

Sus palabras resonaron con fuerza. Acompañada por su gabinete, Sheinbaum dejó claro que México no aceptaría medidas arbitrarias sin respuesta. “Coordinación, sí; subordinación, no. México es un país libre, independiente y soberano”, enfatizó.

Pero mientras el discurso reafirmaba la soberanía nacional, el equipo de la Presidenta ya trabajaba en una estrategia diplomática. Se estableció contacto con la Casa Blanca y, a través de la Embajada de EE. UU. en México, se solicitó una conversación directa con Donald Trump.

El llamado clave: México y EE. UU. buscan un acuerdo

El 3 de febrero a las 8:00 de la mañana, el teléfono sonó en Palacio Nacional. Era Donald Trump. Tras varias gestiones diplomáticas, la llamada había sido programada. Lo que siguió fue una conversación de más de 45 minutos en la que ambos mandatarios expusieron sus posturas.

Sheinbaum recordó a Trump que la relación comercial entre ambos países se basaba en un acuerdo mutuo, y que los aranceles perjudicarían no solo a México, sino también a la economía estadounidense. Le explicó que México ya estaba tomando acciones concretas en seguridad, incluyendo un aumento de la presencia de la Guardia Nacional en la frontera para evitar el tráfico de drogas.

Por su parte, Trump insistió en que la balanza comercial favorecía a México y que su país debía proteger sus intereses. Sin embargo, ante la propuesta de Sheinbaum de que los equipos de ambos gobiernos trabajaran en un plan conjunto, accedió a negociar.

Finalmente, se llegó a un acuerdo:

• Los aranceles quedarán en pausa por un mes.

Se establecerán grupos de trabajo bilaterales en materia de seguridad y comercio.

México reforzará la vigilancia fronteriza, mientras EE. UU. analizará el tráfico de armas hacia territorio mexicano.

La llamada terminó con un compromiso: trabajar juntos para encontrar soluciones sin afectar la estabilidad económica de ambas naciones.

Un primer round para México

El acuerdo no significa que la guerra comercial haya terminado, pero sí que México logró ganar tiempo y abrir una vía de negociación. En un solo fin de semana, Sheinbaum pasó de recibir una ofensiva comercial a sentar a Trump en la mesa del diálogo.

La pausa de un mes será crucial. Ahora, el reto es demostrar con hechos que la cooperación bilateral es el mejor camino. La administración de Sheinbaum deberá reforzar su estrategia en seguridad sin ceder a presiones externas, mientras mantiene la defensa de la economía nacional como prioridad.

Opinión: Un liderazgo que responde con firmeza y estrategia

La rápida reacción del gobierno mexicano evitó que una decisión unilateral de Estados Unidos se convirtiera en una crisis de mayor escala. Claudia Sheinbaum no solo defendió la soberanía nacional con un discurso contundente, sino que también utilizó la diplomacia y la estrategia para frenar los aranceles y encaminar una solución negociada.

México mostró que no está dispuesto a aceptar imposiciones sin fundamentos. La próxima batalla se librará en las mesas de trabajo, y el resultado dependerá de qué tan efectivos sean los acuerdos alcanzados.

Pregunta para los lectores:

¿Qué opinas del acuerdo alcanzado entre México y EE. UU.? ¿Crees que Trump mantendrá en pausa los aranceles o volverá a presionar a México? ¡Déjanos tu opinión!

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