Ecos de la mañanera / Reforma al Infonavit: justicia para los trabajadores

En la sala de un pequeño departamento, Teresa acomoda cajas con la emoción de quien está a punto de cumplir un sueño. Tras años de esfuerzo, finalmente recibió la noticia de que su crédito del Infonavit fue aprobado. La casa que visitó hace semanas sería suya, un lugar donde empezar una nueva etapa con sus hijos. Pero al llegar para firmar los últimos papeles, la realidad le cayó como un balde de agua fría: otra familia ya vivía ahí.
Confundida, buscó respuestas. Funcionarios del Infonavit le explicaron que su casa había sido “asignada por error”, pero la verdad era más oscura. Una red de corrupción había permitido la venta doble del inmueble, dejando a Teresa con un contrato inválido, sus ilusiones rotas y el miedo de perder el dinero que tanto le costó ahorrar.
Este no es un caso aislado. La PresidentA Claudia Sheinbaum ha señalado que el sistema del Infonavit, aunque crucial para millones de trabajadores, ha estado plagado durante años de abusos, fraudes y negligencias que han dañado a las personas que menos lo merecen.
Desde familias que encuentran sus casas deterioradas e inhabitables, hasta trabajadores engañados con trámites interminables o créditos cargados de intereses abusivos, los testimonios de injusticias son incontables. La reforma que impulsa la PresidentA busca acabar con estas prácticas y devolverle al Infonavit su razón de ser: proteger a los trabajadores y garantizar su derecho a una vivienda digna.
Frente a críticas que acusan al gobierno de querer apropiarse de los ahorros de los trabajadores, la PresidentA ha sido clara. “Esta reforma no es para quitárselos, es para cuidarlos. Porque los recursos de los trabajadores deben estar protegidos, no en manos de quienes lucran con ellos.”
La reforma establece medidas para garantizar la transparencia en el otorgamiento de créditos, sancionar severamente el fraude y simplificar los trámites para evitar el desgaste emocional de los beneficiarios. Además, busca priorizar la vivienda digna, eliminando los intereses desproporcionados que han esclavizado a muchos trabajadores por años.
El caso de Teresa simboliza por qué esta reforma es necesaria. Su historia, y la de miles de trabajadores, no debería estar marcada por el abuso y la corrupción, sino por la esperanza cumplida de un hogar seguro. Para el gobierno de la PresidentA, esta reforma no es solo un ajuste legal, es un acto de justicia.
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