México con M de Maíz
La mañanera del pueblo – 23 de diciembre de 2024

Querida lectora, querido lector:
A veces, navegar por internet puede llevarnos a conclusiones apresuradas. Hace unos días, me encontré con un titular que anunciaba que la PresidentA Claudia Sheinbaum planeaba llevar el tema del maíz transgénico a la Constitución. Mi primera reacción fue pensar: “¿No basta con una ley secundaria?” Sin embargo, tras ver la mañanera de hoy, entendí que esto no solo es un asunto legislativo, sino una batalla histórica, cultural y simbólica por nuestra identidad como pueblo.
El maíz en la Constitución, un legado que proteger
En su intervención, la PresidentA Claudia Sheinbaum dejó claro que el maíz no es solo un cultivo: es el corazón de México. Recordó que esta planta maravillosa no surgió de forma silvestre, sino que fue el resultado de la domesticación del teocintle por los pueblos originarios de Mesoamérica. Con cientos de variedades, como el maíz azul y el blanco, el maíz criollo sigue siendo la base alimentaria y cultural de nuestro país.
La PresidentA explicó que aunque México importa maíz amarillo para consumo animal, proteger la siembra de maíz criollo en nuestro territorio es fundamental. Su propuesta es clara: prohibir constitucionalmente la siembra de maíz transgénico en México.
destacó que esta medida no solo preserva nuestra biodiversidad genética, sino que también protege a los campesinos, quienes con el maíz criollo pueden guardar semillas para futuras cosechas, sin depender de empresas transnacionales.
La PresidentA recordó su trabajo previo como Jefa de Gobierno, donde se impulsaron bancos de germoplasma para conservar las variedades de maíz y detectar contaminación transgénica. Ahora, busca llevar este compromiso al nivel más alto de protección legal: nuestra Constitución.
La milpa, un milagro cultural y alimentario
Sin milpa, no hay cultura
Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, enriqueció la conversación con una mirada profunda sobre la milpa, el sistema agroalimentario que acompaña al maíz. La milpa, explicó, no solo es maíz, sino una “trinidad sagrada” junto al frijol y la calabaza, acompañada de otras plantas como el chile, el amaranto y el cacao, así como animales como el guajolote.
Prieto destacó que la milpa, fruto de milenios de conocimiento y selección cultural, ha contribuido con más del 15% de los alimentos que consume la humanidad. Ejemplo de ello es el jitomate, base de la cocina italiana, que también proviene de este sistema.
En particular, habló sobre la milpa chinampera del sur de la Ciudad de México, reconocida como Patrimonio de la Humanidad y uno de los sistemas agrícolas más productivos de la historia. Este legado, amenazado por la urbanización y los transgénicos, no solo es un patrimonio de México, sino de toda la humanidad. Protegerlo, dijo, es una contribución directa contra el cambio climático y un acto de resistencia cultural.
Conclusión: Sin maíz, no hay país
Hoy comprendí que llevar el tema del maíz transgénico a la Constitución no es exagerado: es necesario. Proteger el maíz criollo y la milpa no solo asegura nuestra soberanía alimentaria, sino que también preserva la identidad de un pueblo cuya historia está intrínsecamente ligada a este grano.
Querida lectora, querido lector: ¿Crees que las futuras generaciones entenderán el valor del maíz y la milpa si no tomamos acción hoy? ¿Cómo podemos, como sociedad, contribuir a esta lucha cultural y ambiental?
La conversación está abierta. ¡Tu voz importa!
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