Soberanía, memoria y ferrocarriles: Claudia le pone nombre al entreguismo
El regreso de una palabra con historia
Spoiler: la palabra del día es “soberanía”. La Presidenta la resucitó con fuerza y le pasó la factura a los gobiernos anteriores. Sí, también con nombre y apellido: Labastida, Zedillo, Fox y hasta el PRIAN en combo.
¿Qué dijo la presidenta y por qué lo está diciendo ahora?
Un periodista lanza una pregunta que huele a tesis de posgrado: soberanía, ética, subordinación. Claudia toma la palabra, se enreda un poco, se acuerda de Labastida, recuerda los 2000, y termina hablando de ferrocarriles vendidos. Todo mientras anuncia una nueva reforma a la Ley de Telecomunicaciones.
Parece mucho, pero todo tiene un hilo: México entregado por décadas… y ahora, supuestamente, rescatado con discurso.
El momento Labastida – La memoria como arma política
Claudia cita un libro que casi nadie leyó: las memorias de Francisco Labastida.
Según ella (y según el propio Labastida), Zedillo entregó el PRI para cumplir con una exigencia de EE.UU. a cambio de un rescate financiero tras el famoso “error de diciembre”.
No es chisme: lo dice Labastida, con rencor de ex.
Y Claudia lo usa como prueba para apuntar el dedo: la “transición democrática” fue, en realidad, una entrega con moño.
Ferrocarriles, Zedillo y subordinación
Para rematar, Claudia lanza otra piedra: el expresidente que vendió los trenes y luego se fue a trabajar con los beneficiarios de esa venta.
No da nombres (pero todos sabemos que es Zedillo).
¿El mensaje? Aquí sí hay memoria. Y también acusación.
Eso de “soberanía con respeto y sin subordinación” no es solo frase bonita. Es palo con nostalgia… y factura pendiente.
¿Quién está escribiendo la historia hoy?
Claudia no está hablando solo del pasado. Está construyendo el relato de su presente.
Reformas que desaparecen órganos como el IFT, reconfiguración institucional, y una narrativa de rescate nacional con tintes épicos.
Lo de hoy no es una mañanera más. Es una pieza más del rompecabezas: legitimarse mirando hacia atrás, mientras se avanza con decisiones que también concentran poder.
¿Y si ahora el entreguismo viene con bandera nacional?
Porque sí, antes hubo subordinación y entreguismo.
Pero lo difícil será distinguir entre soberanía y control absoluto cuando el discurso viene con historia, pero sin oposición real.
Claudia quiere que recordemos…
Pero también deberíamos mirar lo que se está firmando hoy.
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