Cosechando Soberanía: La Nueva Apuesta por la Autosuficiencia Alimentaria
¿Por qué esto te importa?
Si compras leche, maíz o frijol, esta noticia te afecta directamente. Si eres productor, todavía más. La PresidentA Claudia Sheinbaum acaba de presentar un plan para fortalecer la autosuficiencia alimentaria en México. ¿Qué significa esto en la vida real? Precios más justos para los pequeños productores y, con suerte, comida más accesible para todos.
Pero antes de entrar en detalles, hablemos de doña Rosario.
45 años ordeñando vacas
Doña Rosario tiene 65 años y toda su vida ha vivido del campo. Desde los 20, se despierta antes de que salga el sol para ordeñar sus vacas en un pueblito de Michoacán. Su familia ha producido leche por generaciones, pero siempre ha tenido el mismo problema: los intermediarios.
Los revendedores le pagan una miseria por su leche, la llevan a las grandes empresas y luego esa misma leche regresa al pueblo en cartón a precios que su propia familia no puede pagar. Es el absurdo del mercado: el que más trabaja, es el que menos gana.
Pero, por primera vez en mucho tiempo, hay una luz al final del túnel.
¿Qué está cambiando?
El nuevo programa Cosechando Soberanía busca darle la vuelta a esta historia. Con tres pilares clave, la idea es que los pequeños productores como doña Rosario puedan vender directamente sin perder dinero en intermediarios:
1. Créditos a bajo interés y seguros contra sequías. Si el clima arruina la cosecha o la producción baja, los productores no quedan en la ruina.
2. Compra directa de alimentos a precios justos. El gobierno comprará maíz, frijol, café, miel y cacao para venderlos en las Tiendas del Bienestar, eliminando a los intermediarios que encarecen todo.
3. Más apoyo a la producción de leche. Liconsa ahora absorberá el 9% de la producción nacional, garantizando que más pequeños productores tengan a quién vender sin perder dinero.
¿Funcionará?
El objetivo es claro: que los pequeños productores puedan vivir de su trabajo sin que los grandes monopolios se lleven la mayor tajada. La pregunta es si la implementación será efectiva y si realmente logrará reducir el costo de los alimentos en el país.
Mañana arranca en Michoacán. Ojalá esto signifique que la leche de doña Rosario y de miles como ella finalmente tenga el valor que merece.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar…
El programa suena bien en papel. Apoyar la producción nacional y reducir la dependencia del extranjero es una necesidad urgente. Pero la historia nos ha enseñado que la clave está en la ejecución. Si los trámites burocráticos ahogan a los productores o los precios de compra no son realmente justos, este esfuerzo podría quedarse en una buena intención más.
Por ahora, toca ver cómo avanza. Y sobre todo, que los beneficiados sean realmente los que ordeñan las vacas y no los que solo mueven papeles.
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