### “El grito silenciado: Sheinbaum enfrenta la herida de las desapariciones en México”

En un pueblo olvidado de México, una madre llora frente a una foto gastada. Es lo único que le queda de su hijo, desaparecido hace años. No sabe si está vivo, si sufre, si la recuerda. Su voz tiembla al exigir respuestas, pero el eco de su dolor se pierde entre la burocracia y la indiferencia. Este lunes, en la mañanera del pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum habló de esa herida abierta que atraviesa al país: las desapariciones. Con frases firmes, prometió acción. Pero, ¿será suficiente para devolverle la esperanza a esa madre?

Sheinbaum arrancó con claridad. “Atender a las personas desaparecidas es prioridad nacional”, dijo. No esquivó el tema. Reconoció el sufrimiento de las familias y su derecho a la verdad. “Siempre estaré del lado de las víctimas y de la justicia”, afirmó, un eco de su trayectoria. Su plan es concreto: buscar, localizar, identificar y apoyar a quienes esperan. Todo bajo el “Humanismo Mexicano”, su bandera ideológica.

La estrategia es ambiciosa. Coordinación entre los tres niveles de gobierno para frenar la impunidad. Sensibilidad hacia los familiares. Fortalecer la Comisión Nacional de Búsqueda con tecnología y recursos. El jueves, enviará reformas al Congreso. Una destaca: unificar el CURP para rastrear indicios de vida. Otra, crear una Base Nacional de Información Forense y una Plataforma de Identificación Humana. ADN, huellas dactilares, registros del INE: todo se cruzará para encontrar respuestas.

El pasado pesa. Antes, el Estado desaparecía personas. Hoy, la delincuencia organizada lidera el horror. Sheinbaum lo admite: es un delito grave, sin excusas. Por eso, propone equiparar la desaparición al secuestro, homologar penas y agilizar investigaciones. Basta de esperar 72 horas para actuar, una regla absurda que aún rige en algunos estados. También habrá cifras mensuales públicas y más apoyo a las víctimas.

La madre de la foto no estuvo en la mañanera. Pero su historia resuena en cada palabra de la presidenta. ¿Podrán estas medidas devolverle a su hijo? Nadie lo sabe aún. Sheinbaum apuesta por la fuerza del Estado y la ley. La paz y la justicia, dice, son su eje. Para miles de familias, no es solo un discurso: es la última esperanza ante un grito que lleva demasiado tiempo silenciado.