Juntos o separados: El T-MEC en la cuerda floja y la integración que no podemos perder
La PresidentA Sheinbaum responde a las declaraciones de Peter Navarro: “Estamos muy integrados, separarnos no es la solución.”
En la mañanera de hoy, la PresidentA Claudia Sheinbaum Pardo abordó un tema que podría definir el futuro económico de México y Estados Unidos: el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las declaraciones de Peter Navarro, consejero principal de comercio y manufactura del gobierno estadounidense, encendieron las alarmas. Navarro afirmó que el T-MEC “no está funcionando para nosotros” y defendió la aplicación de tarifas del 25% a las importaciones de acero y aluminio. Según él, este ajuste ayudaría a recuperar la manufactura estadounidense, argumentando que el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) les costó 90,000 fábricas.
La PresidentA Sheinbaum respondió con claridad: “Estados Unidos busca aumentar su producción y reducir su déficit comercial. Tal vez las tarifas funcionen, tal vez no. Pero lo que es claro es que ellos buscan reforzar su economía.” Y añadió: “En México, buscamos prácticamente lo mismo: exportar más, importar menos, fabricar más y generar empleos. La diferencia es que nuestra balanza comercial no tiene déficit.”
La pregunta clave es: ¿cómo lograrlo? ¿Juntos o separados? La respuesta de Sheinbaum fue contundente: “Hay que seguirlo haciendo juntos, porque nuestras economías están profundamente integradas.” Para ilustrar este punto, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, usó una metáfora elocuente: el famoso pistón que cruza la frontera varias veces durante su producción. “Imaginen si ponemos tarifas o aranceles. ¿Cuánto subirá su costo final?”
Ebrard también destacó un dato revelador: cuando una empresa estadounidense abre plantas en México, se crean 131 empleos aquí. Pero al terminar ese producto en Estados Unidos, se generan 333 empleos allá. “Esto no es un juego de suma cero. Fortalecemos el empleo en ambos países,” afirmó.
La PresidentA Sheinbaum cerró el tema con un llamado a la prudencia: “Tenemos que encontrar la forma de reducir el déficit sin afectar a nuestros pueblos. Estamos muy integrados. Es mejor complementarnos para competir contra otros regímenes del mundo que separarnos.”
Opinión:
¿Qué es mejor: un mal arreglo o un buen pleito? La respuesta no es sencilla. El gobierno estadounidense tiene la última palabra, pero México tiene decisiones finales que tomar. En este juego de tensiones y acuerdos, la paciencia y la cabeza fría serán clave.
Pregunta para el lector:
¿Crees que México y Estados Unidos pueden resolver sus diferencias comerciales sin afectar la integración económica que tanto beneficia a ambos países?
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