Trato Digno: Claudia le pone rostro humano al sistema de salud

Del desprecio al paciente a una atención con respeto, medicina y dignidad

La transformación del sistema de salud no solo se mide en hospitales construidos, millones de medicamentos entregados o médicos contratados. También se mide en algo que rara vez se registra en los boletines oficiales: el trato que reciben las personas cuando cruzan la puerta de un centro médico. Ahí donde antes había indiferencia, desinformación o hasta maltrato, ahora se quiere sembrar algo distinto: respeto. Y eso, dicho por el mismo Alejandro Svarch, titular del IMSS Bienestar, no es un “extra”: es parte esencial de la atención médica.

El nuevo programa Trato Digno del IMSS Bienestar es mucho más que una campaña de capacitación. Es un intento por volver a mirar al paciente como lo que es: un ser humano, no un número de expediente. Se busca garantizar que el primer contacto en clínicas y hospitales —el vigilante, la persona de archivo, la de farmacia— no sea un muro, sino una mano extendida.

Con 2,350 trabajadores ya capacitados, y con 578 Módulos de Trato Digno en camino, la meta no es solo sensibilizar: es crear un sistema de monitoreo, acompañamiento clínico y mejora continua en la experiencia del paciente. Aire acondicionado, señalética bilingüe, elevadores funcionales, menús hospitalarios, hospedaje para familiares… No es lujo. Es salud con derechos.

Medicamentos que sí llegan (aunque algunos no lo quieran creer)

En paralelo, las Rutas de la Salud continúan demostrando que sí hay medicamentos, y que son gratuitos. Con más de 86 millones de piezas entregadas en apenas tres meses, el IMSS Bienestar está dejando atrás los anaqueles vacíos del sexenio anterior.

A partir del 2 de diciembre, inició la cuarta entrega nacional, sumando 11 millones más de piezas, que abastecerán a los 8,440 centros del IMSS Bienestar. Todo respaldado con evidencia tangible: carteles en clínicas, testigos de los propios derechohabientes y un sistema logístico que ya opera con precisión.

Sí, hay ruido. Sí, hay campañas que intentan desinformar. Pero como bien dijo Svarch: “la evidencia en el territorio lo confirma”. Y esa evidencia se traduce en pacientes que ahora sí reciben sus tratamientos completos, sin recetas en blanco ni pretextos administrativos.

Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar

Durante años, la salud pública en México fue un monumento al desdén. La privatización velada, la burocracia sin corazón y el saqueo presupuestal hicieron del dolor un negocio.

Ahora, cuando un gobierno intenta dignificar el sistema, aparecen las voces que ven “propaganda” en cada política pública. Lo que antes llamaban “déficit estructural” hoy lo convierten en “centralismo autoritario”. Lo que antes era “necesario ajuste presupuestal” hoy es “populismo sanitario”.

Pero el paciente de a pie no debate hashtags: lo que quiere es que lo escuchen, lo atiendan y lo curen. Por eso Trato Digno no es un eslogan: es una toma de posición. Es decirle al pueblo que su dolor no será ignorado y que su dignidad no es negociable.

Y si eso molesta a algunos, será que estaban acostumbrados a un sistema donde el paciente sobraba.