Siete años de esperanza
La Cuarta Transformación cumple 7 años: más universidades, más empleo, menos homicidios… y una maquinaria mediática que no ha podido con el pueblo.
I. Resultados que gritan más fuerte que los bots
Hoy se cumplen 2,550 días del inicio de la Cuarta Transformación. Siete años de un cambio profundo, que no se mide con aplausos en la televisión, sino con datos duros y justicia social.
Más de 13.5 millones de personas salieron de la pobreza, según cifras oficiales. No se trata de discursos, sino de una política pública que le apostó, por primera vez en décadas, a la redistribución del ingreso y la atención directa a quienes más lo necesitaban.
El salario mínimo aumentó 125%, una hazaña que ni el PRI ni el PAN quisieron —ni supieron— realizar en décadas. El desempleo se ubica en 2.6%, uno de los más bajos de la OCDE. Y mientras los opinadores de siempre claman “crisis”, México rompe récords en inversión extranjera directa.
A eso súmale 32 millones de familias que reciben apoyos sociales. Sí, sociales, no “clientelares”, como grita la oposición cuando le toca al pueblo. Porque resulta que cuando el Estado invierte en el norte, se llama “desarrollo”; pero cuando invierte en los pobres, le llaman “populismo”.
II. Universidades, hospitales y rutas de salud
La transformación no se ha quedado en los números. Se ha construido infraestructura para la dignidad: más universidades públicas, nuevas rutas de salud, hospitales equipados, medicinas gratuitas y el fortalecimiento del IMSS-Bienestar.
Y aunque falta mucho, hoy se camina. Porque antes, ni eso.
La reducción del 37% en homicidio doloso en los últimos 13 meses también es parte del balance. En un país tomado por el crimen durante sexenios enteros, recuperar la seguridad es una tarea lenta, pero en marcha.
III. Una oposición sin pueblo… pero con bots
Mientras tanto, la oposición grita desde sus trincheras mediáticas. Más de 2,500 millones de reproducciones de contenidos en redes sociales en contra del gobierno en solo un mes. El 70% de esas vistas, compradas. Bots, influencers pagados, medios alineados y encuestas cuchareadas.
¿Y a pesar de esa artillería digital, por qué el proyecto de la 4T sigue firme?
Porque la conciencia del pueblo cambió. Porque ya no compran miedo, ni promesas vacías. Porque los millones de beneficiarios de la transformación no son una estadística: son ciudadanos con memoria.
IV. Esperanza que no se tuitea, se vive
Frente al odio, la calumnia y el clasismo, la esperanza no se defiende: se demuestra. Y eso es lo que ha hecho el proyecto que hoy encabeza Claudia Sheinbaum.
México ya no se gobierna desde los lobbys de Reforma ni se define en la portada de un periódico. La verdadera encuesta se ve en los rostros de quienes ahora estudian, trabajan, acceden a medicamentos o por fin tienen agua potable.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar:
Desde sus teclados, algunos intentan convencer que todo está mal. Que no hay logros, que todo es propaganda. Claro, lo dicen desde sus casas cómodas, con Wi-Fi y sueldo de comentarista.
Pero la realidad es más terca: la 4T cumple 7 años con resultados, con fuerza social, con legitimidad. Y mientras los bots escupen lodo, el pueblo levanta escuelas, cosecha dignidad y construye el país que les dijeron que no podían tener.
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