Le ofrecí una embajada y la aceptó
Manotazo sobre la mesa. Claudia pone orden en la FGR
La primera mujer Presidenta de México no solo toma las riendas: ya empezó a mover el tablero. Claudia Sheinbaum no se anda con rodeos y lo ha dejado claro al enviar al fiscal Alejandro Gertz Manero… al servicio exterior. “Le ofrecí una embajada, y la aceptó”, dijo con la serenidad de quien sabe que el tiempo del tapado, la simulación y la eterna transición ya quedó atrás.
La salida del fiscal marca el inicio de una nueva etapa en la Fiscalía General de la República. ¿Suena a premio? Podría parecerlo. Pero también es una forma elegante —y constitucionalmente funcional— de quitar a un personaje que por años fue símbolo de la inmovilidad judicial, de carpetas empolvadas y de silencios estratégicos. Gertz, quien estaba por cumplir 7 años al frente de la FGR, deja el cargo con más pendientes que resultados.
Mientras tanto, Claudia no esperó ni un minuto. Ernestina Godoy, exfiscal de CDMX, entra como encargada de despacho en la Dirección de Control Competencial, una figura legal que permite tomar el control mientras el Senado decide —si decide— entre las ternas que le enviará el Ejecutivo. Y sí, esa es la otra jugada: el Ejecutivo puede enviar una terna si el Senado no actúa, o incluso nombrar directamente. La Constitución lo dice, no la 4T.
Cambio de ciclo, sin pretextos
La presidenta dejó claro que la seguridad pública, la justicia y la coordinación institucional no pueden estar secuestradas por la “autonomía mal entendida”. La FGR es autónoma, sí, pero no puede ser autista. Sheinbaum espera mayor colaboración entre la Fiscalía, la Secretaría de Seguridad y la Guardia Nacional, pilares de su estrategia de seguridad.
Y en un país donde la corrupción todavía tiene apellidos y los grandes casos —Odebrecht, Peña Nieto, Lozoya— están empantanados, Claudia mandó otro mensaje: la nueva Fiscalía debe comprometerse no solo con el futuro, sino con la impunidad del pasado. El olvido no garantiza la paz.
Justicia sin nostalgia
¿Es esto una purga institucional? No. Es un reacomodo urgente en un aparato que llevaba años funcionando a media marcha. Y lo hace sin estridencias, sin filtraciones, sin renuncias dramáticas ni conferencias con lágrimas. Gertz no cayó, se fue diplomáticamente.
Eso también es un mensaje para quienes aún creen que pueden operar desde el sabotaje institucional. Si no suman, se les encuentra una oficina en el extranjero.
Y como adelantó la Presidenta, la próxima semana también se anunciará quién tomará el control de la Consejería Jurídica. El tablero judicial se está moviendo y esta vez, la jugada no la dicta el viejo régimen.
Y AQUÍ ES DONDE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA ESTUPIDEZ HUMANA SE UNEN PARA OPINAR
La oposición, claro, ya afila el discurso: “¡Impusieron a Ernestina!”, “¡Se están apoderando de la justicia!” Lo cierto es que por primera vez en años, la Presidencia ejerce su responsabilidad y actúa. No se esconde detrás del discurso de la “autonomía”, ni prolonga el deterioro institucional con tal de evitarse un pleito.
Sheinbaum no esperó la crisis para resolverla. La reestructura en la FGR no es solo necesaria: es estratégica. Porque en este país no se puede hablar de transformación si la justicia sigue atada a la lentitud, al silencio… o a una embajada.
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