El nuevo golpe blando: desinformación, violencia y poder mediático contra Sheinbaum
Playas tomadas, redes incendiadas: la ofensiva invisible contra la 4T opera dentro y fuera del país con precisión quirúrgica
I. El crimen, el mensaje
El asesinato de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, no fue solo brutalidad: fue un acto simbólico para desestabilizar. Ejecutado durante las festividades del Día de Muertos, el crimen envía un mensaje claro: ni siquiera la autoridad más cercana al pueblo está a salvo. No es un caso aislado. A esto se suman bloqueos en Chiapas, disturbios en Guerrero y grupos violentos infiltrados en movilizaciones como la del 15N. Hay un patrón: crear caos, simular descontento masivo y desgastar a un gobierno al que no se le perdona intentar imponer orden.
II. La televisión no informa, ataca
Ricardo Salinas Pliego, tras perder un juicio fiscal ante la Corte, desató su propia guerra mediática. TV Azteca pasó de medio de comunicación a maquinaria de guerra: noticieros editorializados, encuestas amañadas, transmisiones de marchas opositoras. Todo con un objetivo: golpear la legitimidad del gobierno y posicionar la narrativa de un país al borde del colapso.
Pero no está solo. Otros medios se han alineado con esta ofensiva. La prensa no solo refleja la realidad, también la construye. Y en este caso, edita, exagera y moldea la opinión pública al gusto de intereses económicos heridos.
III. Protestas prefabricadas
La marcha del 15N se vendió como un alzamiento juvenil, apolítico y espontáneo. En realidad, fue protagonizada por los mismos rostros de siempre: adultos ligados a la oposición, figuras recicladas y un grupo de choque que llegó al Zócalo con marros, esmeriles y la consigna de provocar a la policía.
Lo relevante no fue la marcha, sino la narrativa posterior: “el gobierno reprime jóvenes”. El eco mediático fue inmediato, amplificado por influencers y cuentas con patrones de actividad artificial. Una operación de astroturfing de manual.
La nueva convocatoria para el 20 de noviembre, fecha clave para la 4T, es parte del mismo libreto: quitarle símbolos al gobierno, generar la sensación de caos, proyectar una imagen de crisis nacional.
IV. Letreros en la arena: la provocación silenciosa
En Playa Bagdad, Tamaulipas, aparecieron seis letreros en inglés y español que decían: “Esta propiedad del Departamento de Defensa ha sido declarada zona restringida. Se prohíbe la entrada no autorizada”. Colocados por presuntos empleados estadounidenses, los avisos fueron detectados por una organización ambientalista y posteriormente retirados.
La Presidenta Sheinbaum confirmó que su gobierno revisa los tratados vigentes para esclarecer si se trató de un error, una provocación o una señal encubierta. En cualquier caso, fue un acto de injerencia que, aunque sutil, se suma al clima de presión exterior —política, simbólica y mediática— que enfrenta la 4T.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar
No se necesita una conspiración para notar una ofensiva coordinada. Grupos criminales, medios alineados con intereses empresariales, oposición reciclada y presiones externas coinciden en el objetivo: desgastar, provocar, deslegitimar. El reto de la Presidenta Sheinbaum es doble: sostener el proyecto de transformación y enfrentar esta guerra híbrida sin ceder al autoritarismo ni caer en la provocación.
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