Se firma, no se suplica: Acuerdo México-EE.UU. por el río Tijuana
Fecha: 25 de julio de 2025
Cuando el río suena, es porque ya huele mal
Mientras los trogloditas patrios sueñan con tropas gringas liberándonos del comunismo que solo existe en su WhatsApp, el gobierno de México hace lo impensable: colabora. Hoy, desde la Mañanera, la Presidenta Sheinbaum anunció un acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA, no el que te revisa el coche), para **sanear el apocalíptico río Tijuana**.
¿El plan? 17 proyectos, 800 millones de dólares y dos países cooperando como si no estuvieran separados por un muro… de prejuicios. Porque sí, la porquería del río no distingue pasaportes.
¿Y qué hizo México? Spoiler: mucho
De esos 17 proyectos, México ya terminó cinco. Plantas de tratamiento, colectores y una dosis de dignidad hídrica. Todo esto sin rogar ayuda ni aventar culpas al sexenio anterior (aunque dan muchas ganas).
La planta de San Antonio de Los Buenos será ampliada, no para presumir músculo hidráulico, sino para dejar de pagarle a EE.UU. por limpiar lo que podemos limpiar en casa. Porque independencia también es saber manejar tus propias aguas negras.
¿Y qué hizo EE.UU.? Algo, y bien
Estados Unidos pondrá 600 millones de dólares para duplicar la capacidad de su planta en San Ysidro. No es caridad, es higiene compartida. A cambio, ambos países se comprometen a crear un sistema de monitoreo conjunto, limpiar el cauce del río y —agárrense— **reunirse periódicamente como adultos funcionales**.
Además, el memorándum es parte de una agenda mayor con Canadá. Es decir, mientras algunos piden intervención extranjera como si fuera UberEats, la 4T está organizando reuniones trilaterales para proteger mariposas monarca y hablar de economía circular. Ríete, si puedes.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar
A veces el patriotismo no se demuestra con banderas, sino con drenaje. **El acuerdo binacional por el río Tijuana es más que una nota diplomática**: es una lección para los nostálgicos del yugo imperial. Porque si el futuro huele a aguas negras, no es por falta de héroes, sino por exceso de tontos.
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