Polos de Bienestar: el arranque industrial del sexenio Sheinbaum
La mañanera del pueblo – 24 junio 2025
¿Por qué leer esta columna?
El lunes 24 de junio, Claudia Sheinbaum lanzó oficialmente los Polos de Bienestar, su primera gran apuesta económica. Con presencia de 14 gobernadores y el gabinete económico, el anuncio marcó el inicio de una nueva estrategia territorial: industrializar regiones olvidadas, descentralizar el desarrollo y garantizar empleo con justicia social. El mensaje fue claro: la economía será el corazón de esta transformación.
¿Qué pasó en Palacio Nacional?
En un evento coordinado como reloj, la PresidentA presentó los primeros 15 polos industriales, ubicados en estados clave como Veracruz, Sonora, Puebla y Tlaxcala. Cada polo será un nodo de desarrollo integral: infraestructura, vivienda, servicios, conectividad digital y acceso a energía limpia. “Queremos que las personas vivan cerca de donde trabajan”, enfatizó.
Los gobernadores respaldaron el proyecto con discursos centrados en las vocaciones regionales. Desde agroindustria hasta semiconductores, pasando por energías renovables y logística, el gobierno federal promete infraestructura, permisos exprés y coordinación institucional. Las primeras licitaciones se abrirán en agosto.
¿Qué los hace diferentes?
A diferencia de los viejos parques industriales, estos polos integran lo urbano y lo productivo. Habrá vivienda social, transporte público, acceso al agua y cuidado ambiental desde el diseño. No es solo atraer inversión, sino transformar la vida cotidiana de millones.
La sostenibilidad será obligatoria. Todos los polos tendrán estudios de impacto ambiental, uso racional del agua y supervisión comunitaria. El enfoque es crear ecosistemas industriales vivos, no enclaves aislados.
¿Qué hay para las empresas?
El paquete fiscal es potente: deducción del 100 % en activos fijos y hasta 25 % extra en I+D y capacitación. Además, habrá acceso preferente a licitaciones regionales y apoyo logístico. La meta: atraer empresas nacionales y extranjeras que se comprometan con empleo local y cadenas de valor mexicanas.
El gobierno busca competir con programas como el CHIPS Act de EE.UU., pero con una fórmula propia: capital privado con justicia social y planeación pública. “Estamos emparejando el terreno”, dijo la secretaria de Economía.
¿Y ahora qué sigue?
Los polos estarán en 15 estados: Campeche, Chihuahua, Durango, Edomex, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Cada uno tendrá un comité local, participación ciudadana y coordinación con universidades.
Sheinbaum lo definió como una política de desarrollo con rostro humano. Si funciona, podría reconfigurar la geografía económica del país. Pero también implica retos de ejecución, gobernanza y vigilancia.
Y aquí es donde la inteligencia artificial y la estupidez humana se unen para opinar:
Los Polos de Bienestar son, en esencia, una declaración de intenciones: que el Estado puede y debe guiar el desarrollo económico. No desde el autoritarismo, sino desde la planificación estratégica con justicia.
¿Funcionará? Si hay transparencia, coordinación y resultados, sí. Si se pierde entre burocracia o simulación, será otra promesa fallida.
Pero algo cambió este 24 de junio: México dejó de esperar que el mercado ordenara el crecimiento. Decidió intentarlo por cuenta propia, con reglas claras, rostro social y vocación territorial.
Eso, por sí solo, ya es un cambio.
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